Lucio tiene 52 años. Es camionero de profesión y fumador de 8 cigarrillos al día. Acude de tarde en tarde a nuestra consulta.Hoy acude su esposa para solicitar unos análisis para él. Dice que no se cuida nada. Todo el día al volante, comiendo en la carretera. Llega a casa, y al sillón a ver la televisión. Ha engordado mucho. Le solicitamos la analítica y concertamos una cita pasados unos días.
Resultados: glucemia: 102 mg/dl; colesterol total: 245 mg/dl; triglicéridos: 220 mg/dl; HDL: 40 mg/dl; cLDL: 170 mg/dl; resto, normal.
Exploración física: índice de masa corporal (IMC): 30 kg/m²; presión arterial: 160/80 mmHg; resto, dentro de la normalidad.
Realizamos un cálculo del riesgo cardiovascular de este paciente mediante las tablas SCORE. El riesgo de padecer un episodio es del 3%.
¿Cuál de las siguientes afirmaciones es correcta?
El riesgo cardiovascular es moderado.
El riesgo cardiovascular es elevado, se impone iniciar un tratamiento con estatinas.
Puede ser útil realizar una proyección a 10-20 años de su riesgo.
a y c son ciertas.
Argumento:
El riesgo del 3-4% de este paciente está ciertamente por debajo del nivel de alto riesgo, pero básicamente por su edad. El uso de proyecciones nos ayuda a valorar cada caso, y en esos períodos pasará a ser de riesgo elevado. También enseñar al paciente las tablas y proyecciones nos puede a ayudar a tener su complicidad en el plan terapéutico. No pensamos que el tratamiento con estatinas en este momento sea imprescindible.
Pregunta 2 of 3
Respecto a las tablas de riesgo cardiovascular y la obesidad:
Las tablas SCORE la incluyen en los parámetros a valorar.
Las tablas de Framingham la incluyen en los parámetros a valorar.
Las tablas REGICOR la incluyen en los parámetros a valorar.
Ninguna de las anteriores es cierta.
Argumento:
La relación entre el IMC y la enfermedad cardiovascular se ha documentado en múltiples estudios. Pero a pesar de que la obesidad es un factor de riesgo conocido de enfermedad cardiovascular, no ha sido incluido en las tablas de cálculo de riesgo como las de Framingham, Regicor o SCORE en la asunción de que los efectos de la obesidad están totalmente mediados por otros factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes o la dislipidemia, y en la base de cuyo desarrollo se encuentra la obesidad. Los factores de riesgo tradicionales de enfermedad cardiovascular no explican del todo la influencia de la obesidad central en su desarrollo y parecen tomar cada vez más peso la presencia de los marcadores de inflamación, la disfunción endotelial y factores trombogénicos. En este paciente y en este momento.
Pregunta 3 of 3
¿Cuál le parece la actitud menos adecuada?
Aconsejar el cese del hábito tabáquico y negociar una fecha de cese.
Pactar con él un plan de ejercicio.
Iniciar tratamiento con un hipotensor.
Pactar una pérdida de peso de por lo menos el 5% de su peso.
Argumento:
En este paciente, básicamente debemos centrarnos en la modificación de hábitos de vida: pérdida de peso, un plan de ejercicio y cese del hábito tabáquico, y cuanto antes mejor. No frunza el ceño, nadie dijo que fuera fácil. Nuevamente la tabla de riesgo nos puede ayudar a explicar al paciente cuáles son los beneficios que podemos obtener con estas medidas. De entrada, no nos plantearíamos el uso de fármacos hasta comprobar la presencia de la hipertensión y la hiperlipidemia y su resistencia a las medidas propuestas en un plazo razonable (2-4 meses). En caso contrario o si existen razones para iniciarlo antes, comenzaríamos con tratamiento farmacológico. No obstante, debemos recordar que la necesidad de reducir la presión arterial es independiente del riesgo cardiovascular global.